Desde el borde del cantil, me llamaba poderosamente lanzarme a participar de esta orgía, diminuta espermatozoide nadando hacia la oscuridad de una promesa. Me atraía y a la vez me daba miedo, como una primera vez. Al fin, pudo más el deseo que el temor y entré nadando por el túnel de roca. Braceé quedamente para respetar la solemnidad del templo.
Y mientras me envolvía la penumbra, sentí que aquello no era piedra, sino el interior de una legendaria ballena que abría sus fauces y me engullía. Y la marea retumbando sonoramente contra las paredes (bobommm, bobommm) no era otra cosa que el latido de su corazón, que me convertía en una nueva Jonás, puede que menos mística, pero igual de emocionada.
9 comentarios:
Qué bonito Granotita!!!...
me han entrado ganas...mmm...de ir a ver ese lugar tan mágico y unirme al vaivén!!! (aunque no se vea mucho en el video, no?)
besitos.
te imagino nadando sensible y en perfecta armonía, acompasando el corazón de la marea con el tuyo...
precioso post...precioso
¡Qué cosas se os ocurren a los que vivís al lado del mar!
Buen post.
Bss
Que bonito! anda que no tienes tú alma de poeta ;-)
Diminuta espermetazoide, me ha hecho mucha gracia, a veces cuando nado en el mar también me siento así :-D
bikiños!
Agujero negro : Región del espacio-tiempo de la cual nada, ni siquiera la luz, puede escapar, debido a la enorme intensidad de la gravedad.
... lo acabo de leer en un libro ...
¡Oh!
Ay, el mar! Sin haberlo tenido nunca creo que lo echo de menos...menos mal que nos lo traes de vez en cuando, para que podamos sumergirnos contigo! Besos!
Muy linda nota, Granota. A través de esas imaginativas figuras poéticas nos transmites cabalmente tu fascinación por ese lugar. Felicidades. Un abrazo.
Vaya, soy una malpensada...
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