Nunca conté historias interesantes. Rellenaba facturas. Número, número, número, espacio, espacio, espacio, número, número, número, espacio, espacio, espacio, unos cuantos números más y retorno de carro. Número, número, número, espacio, espacio, espacio, número, número, número, espacio, espacio, espacio, unos cuantos números más y retorno de carro. Así durante años.
Pero esto de ahora, esto sí que es vida. Aquí, a mis anchas, con amplias vistas sobre el comedor. Estoy al lado de la mesa que está junto a la chimenea. Y cuando el frío aprieta, la gente prefiere esta mesa y no hay noche que pase en que no se siente una familia, un grupo de amigos, una parejita feliz… y yo, aunque no lo parezca, voy memorizando las palabras adecuadas, frases dignas de la literatura, historias originales, secretos susurrados… y en cuanto alguien me ponga papel, pienso confesarlo todo.
7 comentarios:
Mmm qué raro que te funcionen todas las teclas!
;)
Besicos, olivetti
Y pensar que Cervantes ni siquiera la conoció...
Bueno, la t no funciona muy bien. Pero es normal.
Yo tuve una maquina igual, que pena que se la dí a mi hermana. Soy una burra. Por lo que me ha servido.
Siempre original, granota.
Un saludo,
Me recuerda una remington que adorna mi sala, adquirida en un bazar por 500 pesos.
Abrazos mex. Monique.
Un bello homenaje... ( a mi me conmueven las cámaras antiguas... )
me dan una dulce nostalgia:)
Hola,
Siento espamearte en tu blog, pero no he conseguido localizar tu dirección de correo electrónico. Simplemente comentarte que el pasado mes de marzo la nueva colección La Rosa Secreta, inició su proyecto editorial con la reedición de "Aromas de nardo indiano que mata y de ovonia que enloquece" prologado por Luis Antonio de Villena.
Si deseas más información sobre mi nuevo proyecto, puedes contactar conmigo a través de nueva dirección de correo electrónico: mjosecastillo@larosasecreta.com.
Un abrazo,
Aura Archange Maudit.
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