Lo que más me llama la atención en la Procesión del Silencio son los sonidos. En medio de una oscuridad que hace retroceder al casco antiguo de la ciudad al XVIII, resuena el rítmico arrastre de los pies descalzos, de las cadenas, el sordo clic de mi cámara intentando captar la belleza oscura de esta tradición fósil o el escándalo de algún móvil despistado.
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3 comentarios:
... me gusta lo que cuentan tus fotos ... volveré ... también ...
Salud
Cómo bien dices... "escuchar" el silencio es de lo más impresionante... esos "otros" ruidos que cobran vida... que comienzan a existir a partir del silencio...
Chisss...silencio... ;-)))
Un beso silencioso...
A mí también me gustan mucho sus fotografías.
Un saludo.
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