Me han parecido muy interesantes los comentarios puestos a mi anterior post sobre las zanahorias. Los que comentaron estaban básicamente de acuerdo en que no existe la GRAN ZANAHORIA, sino que hay que ¿conformarse? ¿realizarse? con las pequeñas zanahorias que te encuentras por el camino.
Sin embargo, creo que se podría hacer una clasificación de zanahorias por tamaños. Sí, existen las zanahorias pequeñas que te animan a avanzar cotidianamente. Pero luego hay zanahorias medianas, que te hacen avanzar durante un intervalo de tiempo mayor, tales como podrían ser conseguir un trabajo mejor, conocer Paris de la mano de un guía excepcional, correr el maratón de las arenas o empezar una nueva relación sentimental.
Pero yo hablaba de ese tipo de ZANAHORIAS ENORMES, que pueden dar sentido a toda una vida. Zanahorias del tipo de irse de misionero a no sé qué país perdido, o cruzar el planeta a pie o en bicicleta. Envidio la valentía de la gente que encuentra - o más bien busca - y se lanza en pos de una zanahoria así.
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9 comentarios:
Vaya, a mi en cambio me fascinan las personas que van por la vida persiguiendo incansablemente zanahorias medianas. Normalmente las acaban atrapando.
El artículo sobre el silencio me ha encantado por su brevedad y significado contundente.
Para proponerse alcanzar esas zanahorias enormes,hay que tener liviandad en el paso y fortaleza en la ilusión.Un equilibrio extraño y poderoso, logrado sólo por unos pocos.
Un beso.
Que hay Granota:
Yo a esa gente las llamo Bunovi.
Me gusta tu reflexión.
Salu2
Lo importante es tener siempre algo de zanahoria, pequeña, mediana o grande, en el punto de mira, porque de lo contrario estás acabado. Es entonces cuando empiezan los días como fotocopia, éste igual que el anterior.
Saludos.
¿Y qué zanahorias persigue cada uno de vosotros?
Yo empecé persiguiendo una pequeña, pero ahora, después de haber llegado a tenerla tan cerca que hasta he conseguido acariciarla, cada vez me parece más grande.
No querría ser yo el único en frivolizar con el tema.
Pero inevitablemente me toca ser el primero.
María, ¿Qué te pasa con las zanahorias y su misterioso mundo? Qué secreto esconde este curioso vegetal, para ti? ¿Existe algo perverso, en esa afectuosa devoción por dicho tubérculo? ¿Que diría Freud sobre este icono en forma de raíz anaranjada?
Perversísimo ;)
Dejando perversidades a un lado, estoy con javi: cada día necesita su trocito de zanahoria. Aunque sea poco. Algo de chispa, algo que lo haga distinto.
No creo en las súper mega zanahorias. Sí en las medianas, las que cuestan su trabajo, pero que son alcanzables.
Saludotes.
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