martes, 13 de noviembre de 2007

La felicidad (I)

Al llegar con mis libros le conté a mi mujer mi maravilla de hallazgo.

- Pero Tatie, tienes que ir a pagar esta misma tarde-dijo ella.
- Claro que voy a ir-dije-. Iremos juntos. Y luego pasearemos por el río siguiendo los muelles.
- Iremos por la rue de Seine y entraremos en todas las exposiciones y miraremos los escaparates.
- Estupendo. Podemos ir a cualquier parte y nos metemos en un café nuevo donde nadie nos conozca y tomaremos una copa.
- Podemos tomar dos copas.
- Entonces también podemos cenar en alguna parte.
- Eso no. No olvides que hay que pagar en la librería.
- Bueno, volveremos y cenaremos aquí y tendremos una buena cena y para beber compraremos vino de Beaune de ese de la cooperativa de enfrente que marca el precio en el escaparate. Y luego leeremos un rato y nos iremos a la cama y haremos el amor.
- Y yo te querré siempre a ti y tú siempre a mí.
- Siempre. Y a nadie más.
- Seremos felices toda la tarde y toda la noche. Y ahora vamos a almorzar.
- Estoy muerto de hambre-dije-. He estado trabajando en el café y no he tomado más que un cortado.
- ¿Qué tal el trabajo?
- Me parece que bien. Veremos. ¿Qué hay para comer?
- Unos rábanos, y un buen foie de veau con puré de patatas y escarola. Y tarta de manzana.
- Y tendremos para leer todos los libros del mundo y cuando nos marchemos de viaje nos los podremos llevar.
- ¿Hay derecho a hacer eso?
- Claro que sí.
- ¿Tiene también a Henry James?
- Claro que sí.
- Hombre –dijo ella-. Qué suerte encontrar eso.
- Siempre estamos de suerte –dije, y como un necio no toqué madera. Y en un piso que tenía madera por todas partes.

París era una fiesta. Ernest Hemingway.

4 comentarios:

Pekas dijo...

Qué suerte leerte... !!!! ;-))))

Anónimo dijo...

mmmm....granota..preciosa..
Por cierto, con 14 años ya me había leído "Otra vuelta de tuerca", deliciosamente terrorífica para mi juventud..
Un beso.
P.D: ya tenía ganas de leerte..

Pep dijo...

... en "La lección del maestro" ... pude leer ...

Debo decir en su descargo que si tal cosa llegara suceder, sin lugar a dudas sería el primero en apreciarlo en lo que valiera, lo cual tal vez sea buena prueba de que el Maestro estaba especialmente en lo cierto, y de que la Naturaleza lo había destinado a las pasiones del intelecto, no del corazón.


(... buenas tardes ... y gracias por su colaboración ...)

Pep dijo...

... es que es el único libro de Henry James que me he leido ...