jueves, 7 de agosto de 2008

alegría (y 3)

November 19, 2006 - Continuando con Alegranza

Desde nuestro punto de vista, como primates que necesitamos proteger a nuestras crias indefensas hasta que son capaces de valerse por sí mismas, la historia de las pardelas nos suena cruel e inhumana.

Las pardelas se emparejan para toda la vida. Tras un par de años de noviazgo, y si "la cosa funciona", comienzan a procrear a razón de un pollo por año. Excavan un rudimentario agujero en el suelo, como un túnel de algo más de medio metro de largo, o también aprovechan las oquedades de los acantilados, y en su fondo depositan el huevo. El pollo es criado por ambos progenitores, que pasan el día pescando en el mar, para volver de noche a su agujero y regurgitar la comida para un pollo cada vez más grande y gordo. Hasta aquí, todo parece una historia idílica.

Pero cuando el pollo es ya grande, o cuando la estación está avanzada o no se sabe por qué tipo de alarma biológica, los padres abandonan al pollo y comienzan su ruta migratoria. El pollo sale de su agujero cada atardecer y espera y desespera por unos padres que probablemente ya ni lo recuerden. Hasta que, tras varios días, viviendo de sus reservas grasas, el hambre lo obliga a abandonar el nido y lanzarse a unos torpes intentos de volar y pescar.

Algunos pollos son abandonados antes de tiempo y mueren de hambre en sus nidos, vigilados por pacientes parejas de cuervos. Y hasta los huesos son cotizados por los últimos guirres (alimoches) que viven en Alegranza.

Feliciano fue uno de esos pollos que vimos languidecer esperando a sus padres durante varias noches. En una de ellas, la huida de dos cuervos al acercarnos a su nido nos advirtió de su desenlace. Grave error haberle puesto nombre, pues para nosotros no era un pollo muerto de pardela más, sino que era Feliciano. Triste final para nosotros, pero probablemente muy feliz para los polluelos de aquellos cuervos, que vieron llegar a sus padres rebosantes de carne fresca.

Sin embargo, la más triste de las historias tiene como antagonista malvado, para variar, al ser humano. Durante las hambrunas, los pollos de pardela eran un manjar muy cotizado, rechonchas de una grasa muy sabrosa debida a su dieta de pescado. Eran tan fáciles de coger, que era casi como ir al supermercado. Por miles se contaban los pollos que eran capturados en una sola noche en Alegranza, hasta que se puso en peligro la supervivencia de la especie.

Hoy en Canarias ya no se pasa hambre (salvo lamentables excepciones) pero el pollo de pardela se ha convertido en un artículo de lujo, algo así como la angula, y algunos furtivos continúan robando pollos a la isla para venderlos en un mercado negro, que se transmite de boca en boca. Una de nuestras labores durante la estancia en la isla, era simplemente "hacernos ver" de noche, para que los ladrones se cortaran un poco y no desembarcaran.

Después de varios años de actividad de WWF Adena en este sentido, los resultados son muy satisfactorios porque la población de pardelas que nidifica en Alegranza está in crescendo, lo cual, como hemos visto, también beneficia a los cuervos y guirres, especies muy escasas en Canarias.



El viernes de la semana que viene volveré a dormir a la luz del faro de Alegranza. Pasaré allí 9 días con 5 personas más, como en la isla de los famosos, pero con cargamento de comida y agua y sin famosos.

La otra vez fui en octubre y aluciné con la cantidad de bichos que había. Y me dijeron “pues en octubre ya casi no quedan, se han marchado casi todos, tendrías que ver esto en agosto”. ¡Y ahora voy en agosto! Si no vuelvo, ya saben dónde ir a buscarme… ¿Me ven al lado del faro?




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8 comentarios:

emilio cendón dijo...

Cuanto bicho!!!
parecen libélulas, no?, o algo así.
Ya contarás.
Doy por hecho que sí que vuelves, no jodas.
Aunque antes échale un ojo a una peli que se llama parque jurásico(pau!),no vaya a ser que te lleves alguna sorpresa.
Y eso, ALEGRIA.

Syl dijo...

Jo...qué penita me dió leer la historia de los pollitos, pobres!!!...Joder con el ser humano de los cojones!!!..qué manía con comer animales y cuanto más difíciles de conseguir, mejor!!!!!!!!

Disfruta mucho. Qué experiencia más bonita. Ya nos contarás. Esperaré impaciente tus fotos.

Besitos.

la granota dijo...

No son libélulas. Se admiten apuestas ;)

Furacán dijo...

Que bonita! vaya pedazo de cráter tiene la Isla, parece de otro planeta!
Que envidia me das, es un paraíso. Que lo disfrutes!
Las "libélulas" ni idea que son, pasan tan rápido...

la granota dijo...

Bueno, es que lo aceleré "un poquito" para que se viera el sol bajar...

Resiliente dijo...

me mata el tema de los pollos. Lo voy a saltar poqrue me hace mal. Que buena tu experiencia en la isla. Se ve que sera enriquecedora. besos.

Pep dijo...

... la supervivencia ... a veces no es una super vivencia ... qué lástima! ...
salud

Anónimo dijo...

Que palo de historia, me jode que acabe mal, pero me consuela pensar que su situación ha mejorado en los últimos años.
La isla parece muy interesante...envidia me das:)
Besos, Franki