un día perfecto

Ayer pasé el día en uno de mis rincones favoritos de la isla. Montaña Pelada. Un volcán que entrelaza sus manos con el océano dejando arena entre sus dedos… Pequeñas calas a las que hay que llegar caminando durante unos minutos, los suficientes para que no sean tantos los que se animan a llegar hasta ellas y te puedas encontrar con el lujo de tener un trocito de roca y mar privado. En buena compañía humana y perruna me di mi primer baño en el mar de este año ¡ya era hora! Que este año el invierno ha estado crudo para lo que estamos acostumbrados los canaritos.



Por la tarde, otro baño, esta vez de multitudes ;) . La verdad es que no esperaba que fuera a venir tanta gente, no sé, no los conté, pero como unas 50 personas acudieron al estreno de mi primer corto como directora. Aunque siempre falta alguien…


Yo estaba feliz y nerviosa. Y con los cachetes encendidos. Me encantó sentir como la sala se iba quedando en silencio mientras la pequeña historia avanzaba… Al final, grandes y largos aplausos y ¡ni un tomate!. Tras una pausa, proyecté las tomas falsas, risas y nuevos aplausos. Luego, besos y abrazos. Encima, tuve la oportunidad de conocer personalmente a Popo, uno de mis fotógrafos favoritos, que tuvo el detalle de pasarse por allí.

En fin, que me acosté ebria de felicidad y aún ando resacosa.