lunes, 16 de mayo de 2011

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- ¡Cuántos libros!-exclamó- ¿Los ha leído usted todos, señor Bonnard?
- Desgraciadamente-respondí-, por lo cual no sé nada, pues ninguno de estos libros deja de desmentir al otro; de manera que, una vez conocido lo que dicen todos no se sabe qué pensar. ¡Esta es mi situación, señora!

8 comentarios:

bjosemora dijo...

El abate Faria a Edmundo Dantés en el calabozo del castillo de If.
"-En Roma tenía una biblioteca de cerca de cinco mil volúmenes, y a fuerza de leerlos y releerlos comprendí que con ciento cincuenta obras elegidas con inteligencia, se posee, si no el resumen completo del saber humano, lo más útil tan siquiera. Dediqué tres años de mi vida a leer y releer esas ciento cincuenta obras, de modo que cuando me prendieron las sabía casi de memoria, y con un leve esfuerzo las he ido recordando todas en mi prisión. De cabo a rabo podría recitaros a Tucídides, Jenofonte, Plutarco, Tito Livio, Tácito, Strada, Jornandés, Dante, Montaigne, Shakespeare, Espinosa, Maquiavelo y Bossuet. Solamente os cito los más importantes."
El Conde de Montecristo, Alejandro Dumas.

la granota dijo...

Y yo no he leído aún a Shakespeare...

Pekas dijo...

Y tantos y tantos y tantos... que me invitan a pensar en Bibliopólis.. la ciudad de los libros soñadores..;-)))

Un beso entre libros..

Anónimo dijo...

... pos hay uno mü weno de Sespir ... o tal vez + de 1 ... sí ... seguro ... + de 1 ... ese Sespir!!! ...

Saluz

HH ( ke no es gelijansen ... ke es otra kosa)

Pekas dijo...

HH... Helenio Herrera..??? :-)))
o quizás el lobo estepario..???
o tal vez el conocido asesino en Serie H.H. Holmes...???

Estupefacto dejado me has.. ;-)))

Syl dijo...

Si es que no se puede leer tanto!!!...que luego uno se aturulla!!!...

Yo leí a Shakespeare en inglés y visité su casa...mira tú...

Besitos.

dijo...

Lo cual me recuerda este cuento :)

Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, va de visita a la casa de un maestro. Al llegar se presenta a éste, contándole de todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios.

Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento.

Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.

Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena.

Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa.

El maestro le responde con tranquilidad "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?

Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó: "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada"

Alberto de la Madrid dijo...

Encantado en descubrir tus aficiones lectoras. Pueden servir para amenizar ese café a que me has invitado.
Mientra tanto a ver si te das una vuelta por Shakespeare, porque con un pecado como ese no se entra en el reino de los cielos.