Me regalan un puzzle y me domina mi faceta obsesivo-compulsiva. Anoche, cuando me di cuenta, eran las 4 y media de la madrugada colocando piecitas.
jueves, 7 de enero de 2010
obstinada
Tantas ganas de vacaciones y ahora resulta que ando bloqueada, con una larga lista de cosas que tengo y/o quiero hacer y sin ningunas ganas de empezarla.
Me regalan un puzzle y me domina mi faceta obsesivo-compulsiva. Anoche, cuando me di cuenta, eran las 4 y media de la madrugada colocando piecitas.
Me regalan un puzzle y me domina mi faceta obsesivo-compulsiva. Anoche, cuando me di cuenta, eran las 4 y media de la madrugada colocando piecitas.
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9 comentarios:
En mi camino a Jotayka pasaba todos los días por delante de dos puertas. En apariencia eran iguales, aunque dos iniciales grabadas ponían la diferencia. Una era una V y la otra una B.
No interrumpía mi camino a pesar de la curiosidad que me generaban, pero tampoco ocultaba mis preguntas entre la gente que, como yo, frecuentaba esa ruta.
Mi tesón, un buen día se vió recompensado y conseguí conocer el arcano que estaba tras las dos letras. La V era vacaciones y la B bloqueada. Me advirtieron con bastante machaconería que no me dejara guiar exclusivamente por el significado literal de las palabras y que meditara bien antes de tomar una decisión.
La perplejidad me duró una semana, pero tras el findesemana lo decidí: Tomaría la puerta de las vacaciones, ya tenía ganas de salir del trabajo y disfrutar de otra vida en mi vida. Eso de bloqueda no me era nada sugerente.
Y abrí la puerta V y empecé un recorrido por otro mundo, sin prisas, ni madrugones, ni permisos. Di vueltas sin contar horas, ni días, hasta que en uno de ellos volví a toparme con las dos puertas. La V y la B. Por qué desistir de mi V, abrí y entré. Sorpresa, el camino inverso me devolvió a mi rutina diaria de trabajo. No lo podía entender.
Al cabo de los años pude saber que las vacaciones sólo pueden continuarse cuando uno llega a bloquearse, o sea que de V había que ir a B. La doble V significaba fin de la vacación.
Era una cuestión de salud mental.
Si puedo ayudar en el puzzle ya me dirás, no me importa trasnochar. Bss
:) Gracias, nacho. Los puzzles de pocas piezas a veces son los más difíciles de resolver.
Y yo que no he hecho ningún puzzle, la verdad es que más que relajarme, me estresa mas...
Besicos
A mi también me ha pasado alguna vez :-)
Yo no tengo paciencia para estas cosas...
Te entiendo.. nunca les presté demasiada atención a los puzzles...
hasta que entró uno en casa..
:-))))
besos... "obstinados".. ;-)))
Buen provecho, Granota. La verdad, el rompecabezas se ve imponente. ¿Es tan placentero armarlo como desentrañar una buena novela difícil? ¿Ya vas muy avanzada?
Uy, yo ya no tendría paciencia para eso. Te admiro :)
Me impacientan, más que obstinada soy desesperada...
Un abrazo nuevo, Monique.
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