viernes, 26 de febrero de 2010

impronta


- ¿Tú eres Marian o Mariam o María o algo así?
- Sí...
- Es que me acuerdo de ti porque en el año 87 diste una charla en mi instituto y luego hicimos un pateo desde la cumbre de Anaga hasta la playa.
- ¿En el ochenta y sieteeeeeeee?
- Sí. Gracias a ti empecé a hacer excursiones y escalada y aún sigo haciéndolo. Muchas gracias.
- Vaya, muchas gracias a ti por recordarme.

Con cosas así una se va de lo más satisfecha a dormir. Me encantaría conseguir que en el 2023 alguna persona me agradeciera lo que hice por ella en el 2010.


12 comentarios:

bjosemora dijo...

¿Hay fotos de aquella charla?

nacho dijo...

Hay cosas que tan sólo con pensarlas uno se va a la cama feliz, no tienen por qué suceder.
Pregunta a tu cabeza o a tu corazón.

Furacán dijo...

Que bonito!
Aunque no lo sepas seguro que mucha otra gente te estará agradecida por la influencia que has tenido en su vida, por eso es tan importante cuidar lo que decimos y hacemos.

Vlady dijo...

Me gusta...

Conciencia Personal dijo...

Testimonios que acompañan nuestro caminar...

Un abrazo, Monique.

Belén dijo...

Pues si, la verdad... yo tabién espero que alguien me recuerde...

Besicos

Chinita dijo...

JOER!!!! eso es un granito de arena en esta vida...como quien dice, te queda escribir un libro, tener un hijo...jejejejee

DianaL dijo...

Me diste pie para recordar una anécdota que contaré en mi blog.
Es hermoso saber que uno ha dejado un rastro indeleble en la memoria y el corazón de alguiem. Para eso estamos en este myndo. Donando nuestros dones.
Saludos, simpática.

francesc dijo...

Si, he vivido experiencias parecidas y tienes razón, te llenan de satisfacción
Besos

Syl dijo...

Pues seguro que la habrá...que todos en esta vida somos recordados por muchas cosas, aunque a veces ni nos demos cuenta.

Qué bonito influir en alguien para subir montañas!!!

AdR dijo...

Lo que demuestra lo importante que llegamos a ser en la vida de las personas, y a veces ni tenemos noticias de ello.

Suerte que tú sí :)

Besos

Conciencia Personal dijo...

Que la primavera acompañe tus pasos ausentes...

Besos, Monique.