Ahora, resulta que no es tan enorme. Incluso podría decir que es pequeño. Sin embargo, gracias al clima privilegiado de la zona, aquí crecen estupendamente especies de los cinco continentes. Yo también he crecido, lo que no significa que haya dejado de disfrutar del lugar o que ya no encuentre tesoros…
lunes, 19 de octubre de 2009
De exploración
De niña, el jardín botánico me parecía tan inmensamente grande. Allí se podía simplemente jugar al escondite o vivir grandes aventuras… allí estaba Livinstone, las fuentes del Nilo y los tesoros de la reina de Saba…
Ahora, resulta que no es tan enorme. Incluso podría decir que es pequeño. Sin embargo, gracias al clima privilegiado de la zona, aquí crecen estupendamente especies de los cinco continentes. Yo también he crecido, lo que no significa que haya dejado de disfrutar del lugar o que ya no encuentre tesoros…
Ahora, resulta que no es tan enorme. Incluso podría decir que es pequeño. Sin embargo, gracias al clima privilegiado de la zona, aquí crecen estupendamente especies de los cinco continentes. Yo también he crecido, lo que no significa que haya dejado de disfrutar del lugar o que ya no encuentre tesoros…
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10 comentarios:
Qué fotos más bonitas... la de la hormiguita es preciosa...
Los jardines botánicos siempre tienen algo de especial.
Un beso.
Maravillado me he quedado, menuda serie de fotazas a cada cual mejor. Me ha encantado.
Llevaba buscando algún rastro de su familia durante muchos días. Se había llegado a acostumbrar al entorno, aunque era extraño. Tantas plantas gigantes, flores de mil colores y aquel ambiente saturado le hacían sentir como un Robinson en su isla perdida. No paraba de dar vueltas e inspeccionar los verdes de las calas, los azules, amarillos o rojos de las flores que crecían por doquier.
Caía rendida refugiándose en la base de unas palmeras que le acogían como esos brazos que hacía tanto que añoraba.
Día a día el recuerdo del pasado se difuminaba y su vida entraba en la piel de aquel ambiente exhuberante como su nueva piel.
Nunca más recordó el momento en que voló a aquel nenúfar azul, se quedó dormida y el transportista la llevó al jardín botánico de los cinco continentes.
Su destino como mosca sólo podía ser ya volar perdida.
Éste sí que lo he visitado, no me llevo colleja ¿ves? :)
Besos.
... no puede ser verdaz ...
Saluz
NO me fastidies!!!!
Sigue siendo grande y frondoso, en tu imaginación!
Besicos
Hey, nacho! qué bueno!
Me suelen gustar mucho tus fotos, pero en este post te has "pasao"...
Y además acompañan a una buena historia...
Todo resulta ser más pequeño de cómo lo recordamos. Y es más, seguro que si un día vamos a ver el Jardín Botánico no nos parecerá tan bonito como sale en tus fotos.
Hola granota. He entrado en tu cosmos sin presentarme. He creido mejor dejar una aportación relaccionada con tu texto.
Ah! si estoy aquí se lo debo a mi amiga ONA. Gracias porque se está muy a gusto.
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