Casi al final de una preciosa caminata por las medianías altas del sur de la isla -disfrutando de lo verde que se ponen las zonas áridas de nada que le caen unas gotas- paramos a tomar algo en una enorme casa de comidas por encima del pueblo que era nuestro final de ruta.
Como había llevado a parte de mi jauría al pateo, no pude entrar al restaurante, así que esperé por fuera a que el grupo comiera. Me senté en el aparcamiento, en una acera, en el suelo, a la sombrita.
Dio la casualidad que la ventana que había a mi lado daba justo a la mesa donde comían mis amigos, así que me sacaron un par de platos de garbanzas y escaldón de gofio para que comiera algo.
No sé si se imaginarán la escena. Una chica, algo sucia, sudada y despeinada, sentada en el suelo, con dos chuchos y una mochila a su lado, comiendo de un plato que alguien le había ofrecido por lástima a través de la ventana... ¿Me ven? Pues ya pueden ver entonces también la cara con la que me miraban todos los que pasaban por el aparcamiento. Toda una experiencia.
5 comentarios:
Me lo puedo imaginar... son imágenes que me resultan familiares.:-)
Un beso
MIentras no te tiren monedas...:P
Besicos
Me ha gustado eso de "chica".
Hola! Tiempo sin pasar por aquí, me tengo que poner al día con los post de tu viaje!
Es una buena experiencia indigente :)
Ya que estamos te resumo la mía: como tenía unos vecinos un poco "sensibles", salí a un rincón precioso y bastante solitario de mi ciudad a tocar la guitarra un ratito sin que me molestaran. La sorpresa fue cuando algunas de las personas que pasaban me tiraron monedas a la funda de la guitarra... Y ahora dirás que seguro que toco de maravilla...pues no, toco fatal, así que estoy segura de que me echaron monedas más por lastimita que por talento :D
"Este niño enclenque siempre pasaba hambre, pero nunca se unió a los alborotadores pilluelos del pueblo que, pese a las advertencias de sus padres, iban a jugar al campo y al bosque y siempre terminaban hallando algo que llevarse al estómago."
El libro de los padres.
Miklós Vámos
Lumen Narrativa
Saluz
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